El cine es una fuente interminable de narrativas únicas, fascinantes paisajes y personajes que nos marcan para siempre. La arquitectura, el diseño, el interiorismo y los montajes, son dignos de admirar.
El trabajo de producción en base a la puesta en escena es de lo más importante en el cine y hay películas que nos lo quieren hacer notar en cada detalle plasmado.
Es por ello que para hacerle honor al invaluable trabajo del séptimo arte, es que te invitamos a descubrir las películas que debes ver si eres amante de la arquitectura y el interiorismo:
Her - 2013, Spike Jonze
Her es una obra maestra dirigida por Spike Jonze. Toda su puesta en escena presenta una estética futurista donde el diseño y la tecnología son los elementos principales y responden a un estilo minimalista.
Fue grabada en Shanghái y Los Ángeles y se trata de un verdadero deleite para los amantes del diseño, el cual es abarcado desde la tecnología, la imagen, la arquitectura, el urbanismo y también la moda.
Her transcurre en gran parte en el departamento de personaje donde el minimalismo se ve reflejado a partir del despojo de todo tipo de excesos, sin dejar de convertirse en un espacio acogedor, algo que se resuelve de manera elegante a partir de la iluminación. Este espacio demuestra ser diferente, al otro extremo del brutalismo, sin dejar de ser un lugar cálido: un hogar.
La transparencia es otro punto clave del diseño de Her. Acompañando por completo al minimalismo, el diseño transparente, clínico, diáfano se apropia por completo de todo el ambiente. Dentro de esta transparencia transcurre la arquitectura tecnológica.
La película es una obra en sí misma, su narrativa es excelente y la puesta en escena nada deja de lado.
Créditos: Wikipedia
The Grand Budapest Hotel - 2014, Wes Anderson
Si hablamos de diseño, arquitectura e interiorismo, es imposible no nombrar a Wes Anderson. En este caso, junto a The Grand Budapest Hotel, película ganadora de un Oscar por su diseño de producción: una auténtica proeza visual llena de detalles increíbles.
El hotel es, sin duda, el gran personaje de la película. Cada partícula que compone su arquitectura está finamente pensada y cuenta con un sinfín de detalles únicos.
Un dato fascinante de la película es que para la constitución de la fachada del hotel se creó una maqueta que permitió jugar con el entorno, las tomas y cada detalle a merced del criterio del equipo de producción.
¿Otro aspecto increíble? El cine nos tiene acostumbrados a ver el paso del tiempo en los personajes: podemos ver un niño crecer hasta volverse adulto, una mascota desde cachorra hasta su vejez. Pero en el caso de esta película podemos ver esto reflejado en el mismísimo hotel a través de las paletas de colores, los objetos de decoración y el estilo interiorista.
El Art Nouveau alemán se expande en cada rincón del hotel y, bien a lo Wes Anderson, los colores pasteles son elementales en todo el transcurso de la historia. Todo lo que compone el estilo, arquitectura e interiorismo de la película se muestra finamente curado: la maqueta, el vestuario, las cajas de la pastelería Mendl’s, ¡incluso el equipaje! el cual fue diseñado por, nada más ni nada menos, que Prada.
¿Te gustaría sumergirte en una pieza de arte?. De ser así no puedes dejar de ver esta increíble película.
Créditos: Esquire.com
Mujeres al borde de un ataque de nervios - 1988, Pedro Almodóvar
Almodóvar es una oda al estilo. Es imposible no reconocer un film de él, el color rojo dispuesto en cada situación, en cada historia, sin molestar, sin ser forzado es algo que sólo este grandioso director puede lograr.
La historia de Mujeres al borde de un ataque de nervios se ambienta en un extravagante departamento-ático inspirado en el pop-art, con diversidad de colores y líneas marcadas. La narrativa es de comedia, con mucho movimiento y llena de energía, lo que se refleja a la perfección en el color y los diferentes diseños que se encuentran en el interior del departamento.
En la película destaca la amplia terraza con gran variedad de plantas y arbustos donde transcurren algunas de sus principales escenas.
Como nos tiene acostumbrados Almodóvar, cada elemento que compone el interiorismo está excelentemente premeditado. Algunas de las joyitas que figuran en este film son: la silla Wassily, un famoso diseño del arquitecto Marcel Breuer, cuyo primer boceto data de los años 1925-1926. La lámpara Tolomeo que es un diseño de 1986, concebido por Michelle de Lucchi y Giancarlo Fassino para la firma italiana Artemide, ganadora de importantes premios e ícono referente de diseño a nivel mundial.
Esta película que ya tiene sus años pero que no pierde elegancia, es una invitación a redescubrir sus detalles a cada instante.
Créditos: Revistaad.com
Fahrenheit 451- 1966, François Truffaut
Fahrenheit 451 es una novela distópica de Ray Bradbury, escrita en 1953, llevada al cine en 1966 por François Truffaut.
El film cuenta una historia futurista, representada a partir de una estética modernista y diseño experimental trasladado a colores, formas y objetos. La colorimetría saturada y la concentración en el rojo (color vinculado fuertemente al fuego: elemento eje de la historia) amplían el concepto distintivo de Bradbury.
La película juega con la construcción de una dicotomía campo-ciudad y el símbolo más representativo de la arquitectura son los edificios. Al inicio del film pueden verse los edificios Alton West Estates de Surrey, creados por los arquitectos de London Countil Councyl. Estos bloques de viviendas son una manifestación clara del Nuevo Brutalismo de Gran Bretaña, lo que le da gran impronta a la escenografía de la película.
Una historia sin igual, que si bien su concepto futurista no pudo envejecer bien, no deja de regalarnos una estética única e hipnótica: como el fuego mismo.
Créditos: Pinterest
Mon Oncle - 1958, Jacques Tati
La película Mon Oncle de Jacques Tati presenta de manera excepcional la arquitectura y la vida urbana de mediados del siglo XX, particularmente en sus dos extremos más notables.
La película muestra la antítesis entre dos mundos, dos formas de vida y percepciones de la ciudad y la arquitectura que, hacia finales de la década de 1950, contrastan bruscamente.
Por un lado, se encuentra el mundo de la modernidad exagerada por un optimismo futurista, impulsado por la reconstrucción de posguerra que llegó (o regresó) a Europa. Por otro lado, la ciudad tradicional.
Villa Arpel es el lugar donde transcurre la historia. Cuenta con líneas limpias, formas geométricas modernas, estética minimalista exagerada. Todo ello la convierte en una burbuja super moderna que representa a gritos a la vanguardia. Elementos fundamentales de esta caracterización son: los colores brillantes que expresan la artificialidad, las puertas automáticas que simbolizan la búsqueda de la eficiencia y los aparatos modernos como la máquina para hacer cubos de hielo que reflejan la obsesión por la tecnología y el futuro.
Por otro lado, la arquitectura tradicional se puede notar a la perfección en la casa de Monsieur Hulot gracias al uso de materiales tradicionales, la integración de la comunidad y el paisajismo natural.
Mon Oncle es la manifestación viva de la arquitectura y el diseño del siglo XX, un tesoro del cine para disfrutar de principio a fin.
Créditos: Graffica
¿Eres amante de la arquitectura, el diseño y el interiorismo? ¡De ser así no puedes dejar de ver estas increíbles películas!
